Se acaba este glorioso 2009. Este año que se nos va ha sido el mejor año en los 63 años de historia azulina. Ese 13 de junio de 2009 estará guardado para siempre en nuestros corazones. A ningún xerecista se nos olvidará aquella preciosa tarde de verano en la que ganamos 2-1 al Huesca y, tras una larga espera, nos convertíamos, por fin, en equipos de Primera División. Todavía se nos ponen la piel de gallina recordando ese Chapín volcado con su equipo, ese autobús del ascenso pasando por el Minotauro, la Plaza del Caballo, el Arenal y recorriendo calles de Jerez llenas hasta la bandera.
Qué rápido pasa el tiempo. Ese 13 de junio en el que nos convertimos en grandes queda ya muy lejos. Aunque parezca mentira, ahora corren otros tiempos. De esa alegría inusitada hemos pasado a una tristeza impotente. La felicidad es efímera. Este 2009 lo deberíamos despedir con felicidad y orgullosos de nuestro equipo pero estamos deseosos de que termine ya y todos queremos dar paso a un 2010 que esperemos que nos traiga la paz y tranquilidad que tanto anhela este club.
Despedimos el 2009 con un sabor más agrio que dulce. Deportivamente, estamos colistas y a seis puntos de la salvación. Los números del Xerez son paupérrimos y lo peor de todo es que no hay muchos cabos donde agarrarse. Nos parece imposible que el Xerez gane un solo partido y, con muchas batallas por delante, creemos que ya hemos perdido la guerra. Institucionalmente, el Xerez abandona el año en venta sin comprador ni vendedor, en ley concursal, con una deuda de más de 20 millones, sin presidente, sin vicepresidente, con un consejo formado por tres personas una de ellas sin voz ni voto y con una masa social harta ya de tantas mentiras y de tanto politiqueo barato y clamando por una solución definitiva para el club porque este Xerez les duele.
La realidad, el Xerez abandona este glorioso 2009 en el que ascendimos a Primera División con un panorama bastante desolador y un futuro más que negro. Así todo, los xerecistas no debemos perder la esperanza y debemos agarrarnos a un clavo ardiendo. Mientras siga existiendo una posibilidad hay que seguir luchando pues mientras hay vida, hay esperanza. El Xerez es un equipo humilde acostumbrado a sufrir. El Xerez resurge como el Ave Fenix de sus cenizas y lucha hasta el final. Por eso, los aficionados no debemos arrojar la toalla y debemos seguir apoyando y luchando con nuestro equipo hasta el final. Ahora y siempre Xerez Deportivo.
Feliz 2010.
