sábado, 27 de agosto de 2011
CRÓNICA: UNA VICTORIA SUFRIDA PARA EMPEZAR CON BUEN PIE
PREVIA: EL XEREZ QUIERE ESTAR ARRIBA DESDE EL PRINCIPIO
viernes, 26 de agosto de 2011
EL SUEÑO: VOLVER A ALCANZAR LA GLORIA
martes, 23 de agosto de 2011
TRIBUNA LIBRE: MOURINHO Y "LA TERCERA OLA"
Algo muy parecido ha ocurrido, desde mi punto de vista, en el Real Madrid desde la llegada de José Mourinho. “The Special One”, cómo le gusta llamarle a algunos, ha ido ganando poder dentro de la institución hasta convertirse en el máximo responsable deportivo del club y líder de un grupo que se somete e implica hasta la extenuación a favor de su líder. Mourinho es un entrenador que basa sus numerosos éxitos en la disciplina y en la unión de grupo. Curiosamente, el lema de Ron Jones para este experimento decía: “Fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo". Un lema que se adecúa muy bien a lo que Mou quiere implantar en sus equipos.
Los equipos de Mourinho se han caracterizado siempre por ser equipos muy disciplinados y equipos en los que no sobresale nadie por encima del grupo. Bueno sí, únicamente sobresale él, nadie más por muy bueno que sea. Eso ha hecho Mourinho tanto en Oporto, cómo en Chelsea e Inter. Y en el Madrid no iba a ser menos. Desde su llegada al conjunto blanco, Mourinho ha luchado contra el Barça y contra todo aquel que le podría quitar autoridad. Se quitó rápido de encima a Raúl (tenía razones deportivas pero creo, y cada vez más, que también primaron razones extradeportivas), fichó a Carvalho cómo fiel escudero dentro del vestuario y mantuvo una larga batalla con Jorge Valdano en la que finalmente salió ganador al conseguir la marcha del argentino y su ascenso a máximo responsable deportivo.
A decir verdad, el Real Madrid del año pasado hizo una enorme temporada. Subcampeón de liga, campeón de Copa y semifinalista de Champions. Se puede decir que el único problema del Madrid fue tener en frente al mejor Barça de la historia, uno de los mejores equipos de la historia del fútbol. Quizás eso fue lo único que le falló al Madrid, el Barça de Guardiola. Pero Mourinho no lo quiere ver así.
José Mourinho mantuvo durante la recta final de la temporada pasada un discurso victimista que alcanzó su máxima expresión en aquella vergonzosa rueda de prensa del “¿Pur qué?”. Mou ha intentado convencer a su plantilla de que desde los estamentos que rigen el fútbol (UEFA, RFEF, Colegio Arbitral) se busca perjudicar al Madrid. Y lo peor es que lo ha logrado. Y sí alguno creía que no todos los miembros de la plantilla habían caído en las redes de Mourinho; el pasado miércoles, tras la final de la vuelta de la Supercopa, se acabaron todas las dudas cuando vimos como Iker Casillas, un chico humilde que siempre habla bien, que siempre ha sabido ganar y perder; decía que la criminal entrada de Marcelo había sido exagerada por un jugador rival, a su vez compañero de la Selección. La “mourinhización” del Madrid había sido completada.
Y eso es justo lo que ha pasado. Mourinho ha buscado desde su llegada ser el líder del Real Madrid, con la complacencia de su presidente y con una plantilla sometida a su doctrina. Lo peor es que no le ha importado, ni mucho menos, poner en juego la brillante de historia de este centenario equipo, de los clubes más laureados de la historia del fútbol, mejor equipo del siglo XX. Mou ha faltado al respeto a la historia de este club, a los aficionados del Real Madrid y a muchos aficionados del resto de equipos. El técnico portugués ha conseguido crear una secta, en la que todos los miembros (futbolistas, directiva, aficionados y prensa) deben ponerse en su favor y a la que ha traslado a un mundo paralelo a la realidad; un mundo creado en la cabeza de Mou; un mundo que sólo Mou y sus súbditos creen real pues el resto de los mortales (supongo y espero, que somos mayoría) no nos creemos las falacias de Mou y rechazamos la pésima imagen del entrenador portugués.
Este Madrid de Mourinho no es ese Madrid de las 5 Copas de Europa, no es ese Madrid de Juanito. Ni tampoco ese Madrid de Vicente del Bosque. Es el Madrid de Mourinho. O más bien el “Moudrid”, cómo algunos medios, inexplicablemente afines al técnico portugués, titulan a este equipo. Es lo que veo y siento. Este no es el Madrid histórico; ganador, que respeta al rival y acepta la derrota sino un “Moudrid” que insulta al rival y que busca en circunstancias externas al juego una serie de baratas excusas que no son más que una rabieta de niño de tres años ante la superioridad del rival. Un equipo cobarde y violento; que podría ser un equipo al que se le reconociese cómo luchador por no rendirse nunca pero que se le considera el segundón llorón.
Mourinho ha conseguido en dos años cargarse la prestigiosa imagen de un club de 109 años de historia. Un entrenador del Madrid jamás podría dar esa imagen chulesca, llorona y cobarde que dio “The Special One” en aquella rueda de prensa de la ida de Champions o en la tángana de la vuelta de la Supercopa con el famoso dedo. Bueno podría darla pero para ello está un presidente capaz de tomar decisiones valientes cómo sería echar a un entrenador de la categoría de José Mourinho, que lo ha ganado todo y que lo ha hecho muy bien en su primera temporada, pero que pone en jaque la laureada historia del equipo blanco.
Pero es que Mou ha sido capaz de abducir hasta al “Ser Superior” Florentino Pérez; un presidente que un día decidió que el entrenador que en cuatro años ganó todo lo que se puede ganar salvo la Copa (2 Ligas, 2 Champions, 1 Supercopa de España, 1 Supercopa de Europa y 1 Intercontinental) ya no valía para entrenar al Madrid y que, a la postre, es a día de hoy el último entrenador que ganó la Champions con el Madrid y el entrenador que nos hizo Campeones del Mundo. Es el mismo presidente que no supo reconocer sus errores y abandonó el barco en 2006, cuando peor estaba su megaproyecto galáctico, aludiendo a la falta de respeto de los jugadores. El mismo que volvió tres años después, en 2009, para “devolver al Madrid a su sitio” y lo hizo a golpe de talonario. Ese mismo Florentino Pérez, es el mismo que, casi una semana después del partido de la Supercopa, aún no se ha pronunciado públicamente respecto a la lamentable metedura de pata (o metedura de dedo, mejor dicho) de su entrenador. Una acción que ha dado la vuelta al mundo y ha dejado al Real Madrid a la altura del betún.
Concluyendo, Mourinho ha implantado en el Madrid una férrea autocracia en la que él manda más que nadie y todos los que quieran formar parte de este grupo deben someterse a él y, si no lo hacen, quedaran excluidos cuales “Pedros Leones”. Los aficionados del Real Madrid no tienen sino que agachar la cabeza pues su enorme equipo ha quedado reducido a un mero personaje cobarde, llorón, chulo y prepotente. El experimento “La Tercera Ola” que llevó a cabo Ron Jones parece que se repite en este “Moudrid” pues José Mourinho ha conseguido implantar su doctrina y parece empeñado en poner al equipo blanco contra el resto del mundo. Este Madrid no es el Madrid que todos conocimos, es el “Moudrid”; por favor, no os confundáis.
PD: Dennis Gansel dirigió una película titulada “La Ola” y que se basa en el experimento de Ron Jones. Aprovecho este artículo para recomendarla.
martes, 9 de agosto de 2011
OPINIÓN: CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE MEJOR: NO AL FÚTBOL MODERNO
Somos campeones del Mundo. Sobre el campo. Somos campeones de Europa. Sobre el campo. ¿Somos la mejor liga del mundo? Lo dudo. O lo niego. Y es que estoy harto de este nuevo modelo de fútbol que están imponiendo en España. Muy lejos quedarán aquellas ligas disputadas, aquellas Copa del Rey apasionantes, aquellas tardes de domingo de fútbol con la radio al lado y muchos partidos en juego… Eso ya olvídenlo. Eso ya no interesa. O no vende, que lo mismo es. Ahora lo que vende, o lo que interesa, es que los ricos, (Barça y Madrid) sean más ricos, que la Copa ya no sea el torneo del KO, que los mayores aficionados a la liga española no sean españoles sino asiáticos y que la radio, medio de comunicación histórico del fútbol, deje de retransmitir partidos.
Lo último, estos nuevos horarios televisivos: para 10 partidos, 9 horarios diferentes. Ahora, los domingos, el fútbol empieza con un partido a las 12 de la mañana y acaba a las 12 de la noche con el último partido de la jornada. Y ningún partido coincide. Además, se está pensando en que el partido de las 12 sea siempre Madrid o Barça siempre que estos jueguen fuera de casa. Es decir, Madrid y Barça cobran y el resto de equipos, más bien sus aficionados, sufren las consecuencias y no se llevan más que las migajas. Y quizás ni eso.
Con estos nuevos horarios se pretende entrar en el mercado asiático y favorecer a las TV, que al fin y al cabo son las que financian a los clubes. Todo correcto. Todo respetable pero todo también discutible.
Lo primero discutible es el partido de las 12. La LFP (que es la que junto con las TV fija los horarios) con esta medida da preferencia a 100 asiáticos en frente de la TV a 10 aficionados españoles dando colorido en el campo. Dicho de otra forma, la LFP maltrata a los socios y aficionados de toda la vida, que son minoría, respecto a los aficionados asiáticos, que son mayoría. Yo, con todos mis respetos al aficionado asiático, prefiero a 10 aficionados españoles que a 100 aficionados asiáticos.
Otra cosa discutible es que todo se haga a favor e interés de las televisiones. Cierto es que las TV con la compra de los derechos televisivos son las principales vías de financiación de los clubes pero el socio y el aficionado por ir al campo también paga. Algo no cuadra. Las TV ponen los horarios a sus intereses sin tener en cuenta la comodidad para el socio porque vaya gracia tener que ir el domingo a las 12 de la mañana o a las 16:00 de la tarde al fútbol o, peor aún, tener que ir el lunes a las 21:00 de la noche.
Estos nuevos horarios van a traer como consecuencias campos vacíos porque entre que ahora se televisan 6 de los 10 partidos de la jornada a un precio respetable (algo más de 15 € al mes) y que las entradas y los abonos para ir al estadio son cada vez más caras; todos van a preferir quedarse en casa: más barato y más cómodo. ¿La solución? Los clubes deberían establecer precios módicos o incluso hacer gratuita la entrada a los campos de fútbol. Es algo lógico. La TV te financia, la TV manda a qué hora juegas sin tener en cuenta ningún otro factor que el dinero pues yo aficionado o me sale barato ir o no voy, me quedo en casa que encima me ponen repeticiones. Y sinceramente, yo prefiero tener el campo lleno a unos cuantos de euros más en la tesorería porque al fin y al cabo, el dinero por abonados y taquillas (en primera división) no llega a suponer, en algunos casos, ni el 10% del presupuesto.
Pasando a otra cosa, ahora los clubes quieren que las radios paguen por retransmitir el fútbol. Es decir, la radio, que durante años ha mantenido este negocio y que ahora encima con el dominio absolutista de la TV y los nuevos horarios tiene que hacer malabares para crear carruseles maratonianos que mantengan durante más de 10 horas la atención del escuchante; tiene que pagar ahora por retransmitir el fútbol.
La consecuencia, si al final se toma esta medida, puede ser desastrosa: si las radios tienen que pagar más por retransmitir, tendrían que incluir más publicidad (única vía de financiación) pero el hecho de que no coincida ningún partido y de que el 60% de los partidos son televisados hará que pierdan audiencia por lo cual ingresarán menos por publicidad y, al final y más en los tiempos que corren, las emisoras no tendrán beneficios por el fútbol y decidirán terminar con los programas deportivos de retransmisión en directo.
A esto le sumamos el injusto reparto de los archiconocidos derechos televisivos que provocan una liga a la escocesa en la que hay más equipos luchando por la salvación que por ganar el campeonato o entrar en Europa y sumado a otras series de cosas cómo la configuración de la Copa del Rey; competición que favorece a los grandes, desfavorece al espectáculo y llena el calendario de partidos que podrían suprimirse si las eliminatorias fueran a partido único y no a doble partido; medida que, por cierto, ayudaría a aumentar el espectáculo.
Y tras todo esto, ¿de verdad quieren que nos creamos que nuestra liga, la liga española, es la mejor liga del Mundo? Yo, personalmente, no me lo creo. Es más, estoy en contra de este fútbol moderno que empieza a imperar en España y que ha convertido este deporte en todo un negocio donde sólo importa el dinero por encima del aficionado, del futbolista y del espectáculo. Y es que mientras dos equipos sigan disfrutando de casi el 50% de beneficios que generan ellos junto con otros 18 equipos, mientras se siga favoreciendo con el método de la vista gorda a equipos con grandes irregularidades en su gestión y, con ello, perjudicando a equipos “responsables” en sus actividades extradeportivas, mientras se siga maltratando al socio de aquí de toda la vida para favorecer al nuevo aficionado de allí; mientras todo esto y otras cosas ilógicas más pasen; jamás la liga española será la mejor liga del mundo.
En fin, todo esto, todo este entramado económico en el que han metido al fútbol convirtiéndolo en mero negocio en el que sólo importa el dinero es el fútbol moderno. Creen tener al fútbol mejor que nunca pero no se están dando cuenta de que lo que están haciendo es cargarse el fútbol. El fútbol es de los modestos y de los aficionados y se está haciendo todo lo posible para que ni los modestos ni los aficionados cuenten. Y es que, seguramente, en la RFEF y en la LFP hacen falta más “Javis Poves” y menos “Villares”