Dicen que cuando no se puede ganar, por lo menos, hay que empatar. Ayer el Xerez, a pesar de adelantarse en el marcador, no pudo ganar porque no hizo méritos para ello y, la verdad, haciendo un resumen del partido, nos podemos dar por satisfechos por el punto conseguido ya que el conjunto manchego fue superior al Xerez, que sólo jugó 10 minutos y sólo llevo peligro a balón parado. Quizás, la culpa del empate fue el conservadurismo de Javi López pues nada más marcar el Xerez metió a Barber y se fue demasiado pronto a por el empate
La primera parte volvió a ser, como en el partido de la semana pasada frente al Valladolid, un auténtico tostón. Ni albaceteños ni xerecistas eran capaces de crear juego y la lucha por el centro del campo monopolizó los primero cuarenta y cinco minutos. Las ocasiones fueron contadas. Siendo exactos, dos. Una para cada equipo. La primera fue del Xerez y llegó a través de un córner donde David Lombán remató por muy poquito por encima de la portería del Albar. Y la del conjunto manchego fue obra de Abengózar quien mando a fuera la pelota tras una gran contra de su equipo cuando ya se cantaba el gol en el Carlos Belmonte.
En la reanudación, el Xerez salió un poco más metido en el partido e intentó darle velocidad al juego. El inicio del Xerez cogió por sorpresa al Albacete que intentó aguantar la embestida azulina pero que no lo consiguió ya que en el minuto 53, Capi, en la banda izquierda, cazó un rechace de una falta, puso un bonito balón al área con rosca y allí apareció, otra vez, José Mari quien saltó y la peinó para poner el 0-1 en el marcador. El Xerez se adelantaba en el marcador y dejaba la sensación de que sí quería, se llevaría el partido con facilidad.
Pero ese guión no fue el que quiso Javi López. El entrenador catalán rápidamente dio entrada a Rafa Barber por Cordero. El Xerez perdió control de balón y se echó para atrás cuando todavía quedaba media hora por delante. La entrada de un jugador como Barber tenía claro objetivo defensivo pero nada más lejos de la realidad. Según fueron sucediendo los minutos, el Albacete, con un gran Tato tirando del carro, cada vez creaba más peligro y el gol del equipo local era cuestión de minutos.
Y así fue, a falta de 15 minutos para el final del tiempo reglamentario, balón colgado al área xerecista, Chema sale a nadie sabe donde, Tato la peina y el balón se va al fondo de las mallas. El conjunto manchego ponía algo de justicia al aprovechar dos fallos: uno en el marcaje y otro en la estúpida, a la vez que absurda, salida de Chema.
Tras el gol del empate, el Albacete se tomó un respiro tras el gran esfuerzo realizado y eso lo intentó aprovechar el Xerez que salió de su campo buscando tímidamente la victoria pero el conjunto xerecista no fue capaz de crear muchas ocasiones de gol. A falta de pocos minutos para el final, Lombán, de nuevo a la salida de un córner, pudo poner el 1-2 en el marcador pero su remate volvió a irse por centímetros. El partido acabó con 1-1 que seguramente no contente ni a albaceteños ni a xerecistas aunque, la verdad, los azulinos deberían mostrarse contentos porque hoy merecieron perder y se fueron con un punto en la zamarra.
Venimos diciendo durante todo lo que llevamos de temporada que este Xerez tiene dos caras. Pues bien, hoy tocó la cara B, la cara mala, la cara de un equipo sin ambición, plano, rácano en sus aspiraciones, demasiado conformista y apático. El Xerez es más equipo que el Albacete, que por cierto suma 9 jornadas ya sin conocer la victoria, pero el conservadurismo de Javi López pasó factura a los azulinos ya que la entrada de Rafa Barber perjudicó más que ayudó al equipo. El Xerez al menos consiguió llevarse un punto que, como se suele decir en estos casos, habrá que hacer bueno la semana que viene contra la Ponferradina. A seguir trabajando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario