El Xerez tiene una enfermedad que, según vamos viendo, no tiene cura. Xerez y problemas institucionales son dos conceptos que van unidos de la mano y que tristemente llevamos viendo desde hace tiempo. Y lo que nos queda.
Hoy el consejo azulino convocaba una rueda de prensa. Las alarmas se dispararon. Los argentinos, con Federico Souza al frente, podrían anunciar su dimisión. Finalmente, no ha sido así aunque sí ha ocurrido algo parecido. El consejo xerecista ha anunciado que no se realizarán los despidos y que Monterrubio, Rondán, Poyatos y Jacobo seguirán trabajando para el Xerez. ¿Por qué? Al parecer, los administradores concursales pedían un aval de 180.000 euros (30 millones de pesetas) y Federico Souza, que compró hace unos meses un club con 26 millones de euros de deuda, no tenía ese dinero. Resulta extraño, que un señor que compró el Xerez en Primera no tenga 180.000 euros para avalar los despidos.
Muchos os preguntaréis, ¿y entonces qué? Pues más de lo mismo. El grupo argentino de Federico Souza sigue en el consejo pero no tienen ni el control de la gestión económica, que corre parte de los administrados y de Monterrubio, ni el control de la gestión deportiva, pues ellos no contaban con Rondán. Así que están aquí en Jerez haciendo nada, sin poner dinero y sin mandar.
La semana pasada parecía que todo iba en buen camino. Los administradores daban el visto bueno a los despidos de Monterrubio y compañía, Gorosito iba a renovar, Souza se iba hacer con los terrenos para la ciudad deportiva, ya se estaba planificando la próxima temporada... Pero aquí en Jerez es imposible hacer las cosas con tiempo. Todo siempre acaba haciéndose a última hora e improvisadamente.
En fin, siempre quedará la afición sufridora pero que no abandona. Somos el único pilar donde podemos agarrarnos. Por eso ahora no abandonemos. Ahora más que nunca Xerez Deportivo.
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