Sí, yo creo. Creo en la salvación. Quedan todavía 18 horas para que comience el partido y ya tengo el corazón a cien. Las manos y las piernas me tiemblan. Es una sensación extraña. No son nervios creo que es ansiedad. Esa misma ansiedad que decía Moreno el pasado miércoles. Todos estamos deseando que llegue ya el partido. Y que sea lo que Dios quiera. Cuando miles de xerecistas van ya camino de Pamplona, yo he vuelto a repasar las posibilidades del Xerez de salvarse y ahora más que nunca creo en el milagro.
Estoy seguro al 100% de que el Xerez ganará a Osasuna. También estoy seguro al 100% de que tanto Barça como Madrid ganarán a Valladolid y Málaga respectivamente. Y creo porque el Barça o hará para ganar el título y el Madrid lo hará por orgullo.
Además, también estoy seguro, aunque de esto no tanto, que el Valencia ganará al Tenerife. Partiendo que, aunque el Valencia no se juegue nada, Mestalla siempre exige victorias. El campo del Valencia es un estadio exigente que siempre quiere lo máximo y mañana no va a ser menos. Además, en el Valencia muchos jugadores se despiden del club y querrán hacerlo con buen sabor de boca, es decir, con una victoria.. Baraja, que además tiene un hermano en el Valladolid, se despide tras muchas temporadas en el club ché. También será con mucha probabilidad el último partido de Villa con la camiseta del Valencia. Además, otros jugadores como Mata y Silva también pueden estar viviendo sus últimas horas como valencianistas y querrán despedirse de la afición con una buena actuación.
Para mas inri, España es del Xerez. Si, menos en las ciudades que todos sabemos, el resto de España desea que el Xerez sea uno de los dos equipos que se salven. Todos han aplaudido la gesta de los de Gorosito y quieren que se consume una de las mayores remontadas de la historia del fútbol. Y eso no lo digo yo, lo dice Maldini, quizás el que más sepa de fútbol en nuestro país.
Por todo eso, yo creo. Al igual que cree toda la ciudad de Jerez y todos los xerecistas. Hemos luchado mucho para llegar hasta aquí y no vamos a tirarlo todo por la borda al final. Llevamos dos años seguidos yendo a la plaza del Caballo y dicen que no hay dos sin tres. Esperemos que el milagro se consume y que mañana a estas horas este escribiendo la que sería la crónica más feliz de mi vida.
Me despido ya, con la cabeza hecha un bombo dándole vueltas a ese maldito partido que, como decía aquella campaña del Atleti, me mata y me da la vida. Hoy me costará dormir, estoy seguro, pero cuando me duerma soñaré, como dice otra campaña del Atleti, muy fuerte. Y seguro que yo no seré el único. En fin, que la suerte nos acompañe.
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