lunes, 30 de mayo de 2011

CRÓNICA: XEREZ-CELTA= 2-1: EMPEÑADOS EN HACERNOS SOÑAR

Así es. Pasó lo que tenía que pasar, que no era moco de pavo, y el Xerez llega a la última jornada de liga con algo en juego. Increíble pero cierto. El Xerez irá a Elche con posibilidades de acabar entre los cuatro equipos que dan acceso al playoff. El equipo xerecista debe ganar y que el Valladolid pierda ante el Alcorcón en su campo. Está difícil pero la semana pasada cuando perdimos en Vallecas dábamos todo por perdido.
El partido de hoy fue como otros tantos. Partido aburrido, sin ritmo que el Xerez se acaba llevando gracias a las jugadas a balón parado. Y otra vez, como contra el Salamanca, gracias a la entrada de Antoñito. El delantero sevillano está en estado de gracia y, aunque no estuvo tan genial como contra el equipo charro, fue el encargado de igualar el partido y hacer volver a creer a la parroquia azulina.
El once fue el esperado. De nuevo el 4-4-2 como sistema. El partido estuvo tranquilo y feo en los primeros instantes. Ambos equipos eran incapaces de dar más de dos pases seguidos y la primera ocasión clara no llego hasta el minuto 25 cuando Chema salvó un mano a mano con Iago Aspas. El Celta estaba mejor que el Xerez, que hizo una primera parte muy parecida a la de Vallecas en la que apenas pisó el área rival. La primera vez que lo hizo con claridad fue en el minuto 40 cuando Bermejo se plantó sólo frente a Yoel gracias a un gran pase de Font pero el delantero azulino llegó muy forzado y su disparo lo despejó el meta celtarra. El partido llegó al descanso con 0-0.
En la reanudación, el Celta salió con un ritmo más que en el primer periodo y eso le hizo acercarse con más asiduidad y más peligro a la meta de Chema. Michu tuvo dos claras ocasiones que desbarató Chema, aclamado por la grada y ganándose en el campo su renovación. La presión inicial celeste fue diluyéndose y el Xerez fue tirando hacia arriba. Javi López hizo dos cambios. Llorente por Mendoza, que se marchó lesionado, y Óscar por Pablo Redondo. Paco Herrera, técnico vigués también movió ficha. Quitó a un gris Dani Abalo e introdujo a Quique de Lucas.
Y la respuesta del recién entrado en el terreno de juego no pudo ser mejor. Contra de libro de la escuadra gallega por la banda izquierda que en tres toques se plantó en el área xerecista, Iago Aspas recortó divinamente a Lombán y cedió atrás para que De Lucas, en el primer balón que tocaba, rompiera la red de Chema e hiciera el primer gol de la noche. Todo parecía acabarse. De nada servía que el Valladolid estuviera perdiendo en Huesca. Lo vital para mantenerse con vida era ganar y tras 62 minutos de juego, el Xerez estaba perdiendo y sólo había llegado una vez a puerta.
Pero el fútbol tiene estas cosas. Javi López movió banquillo; quito a Bermejo, inexplicablemente pitado por una parte de la grada, e introdujo a Antoñito. El sevillano volvía a ser el elegido por el entrenador catalán para erigirse en el héroe xerecista. Y no falló. A falta de 10 minutos para el final, Leandro peina un córner y Antoñito en el segundo palo sólo tuvo que poner la bota para igualar el partido. De nuevo Antoñito, injustamente tratado por el técnico en Girona y Vallecas, salvaba los muebles a su entrenador y mantenía con vida a los suyos.
El Xerez igualaba el partido y llegaban noticias que decían que el Betis había igualado el partido y, por lo tanto, un gol xerecista les mantenía con vida hasta la última jornada. La grada se lo creyó y empujó a su equipo que se contagió del aliento de la hinchada. En el minuto 85 y de nuevo de córner llevo el delirio a Chapín. José Mari remata, el balón se estrella en el palo, la defensa celtarra despeja la pelota pero el asistente de Hernández Hernández dijo que el balón entró por lo que el Xerez remontaba el partido. Faltaban aún 5 minutos más los otros tantos que dio de descuento. 10 minutos de sufrimiento acompañados de buenas noticias. El Valladolid perdía y el Alcorcón empataba. La victoria del Xerez le mantenía con vida. Y el pitido final llegó y, con él, la locura de Chapín; el estadio de las emociones fuertes, el estadio que es una montaña rusa donde pasas de lo más bajo a lo más alto en cuestión de segundos. Así es este Xerez; un equipo capaz de lo mejor y de lo peor que, por una cosa y por otra, llega al final de liga con opciones.
Cuando todo parecía perdido, todo cambió. El Xerez remontó su partido y los resultados acompañaron. El Valladolid tenía que perder y el Alcorcón no podía ganar. Y así fue. Todo salió de diez. El partido de hoy tuvo de todo. Hubo cánticos contra el entrenador actual, hubo cánticos reclamando al que puede ser el próximo entrenador, el Xerez perdía, el Xerez empataba, el Xerez ganaba, el Xerez estaba muerto y, al final, lo que importaba, era que el Xerez llegara con vida al final y lo ha conseguido porque este equipo, como en los últimos tres años, se empeña en hacernos soñar. O hacernos sufrir, que es casi lo mismo. La próxima jornada el Xerez tiene que ganar al Elche, que se juega el tercer puesto, y que el Alcorcón, que ya no se juega nada, gane al Valladolid. Parece difícil pero este equipo nos ha demostrado que mientras haya vida hay esperanza y nosotros, su afición, nos agarramos a la mínima posibilidad para soñar y creer. Soñemos.

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