martes, 4 de octubre de 2011

CRÓNICA: CHAPÍN VOLVIÓ A SONREÍR

Por fin. El Xerez consiguió ayer su primera victoria cómo local sufriendo más de lo necesario pues acabó pidiendo la hora tras una pésima segunda parte en la que el Xerez no supo aprovechar su superioridad numérica pues Tébar fue expulsado en el último minuto de la primera mitad. El conjunto de Merino mostró una doble cara pues realizó una primera parte bastante notable pero en la segunda parte con todo a favor para poder dar espectáculo a la afición, los xerecistas se vinieron abajo y acabaron sufriendo para sumar los tres primeros puntos en casa.
Cómo estaba previsto, Merino apostó por el 4-3-3 y en los primeros 45 minutos de juego, la apuesta le salió redonda. El centro del campo formado por Bruno, Capi y Rueda, que debutaba cómo titular, dio sentido y equilibrio al juego azulino y dejó claro al entrenador azulino que este sistema es el más favorable para esta plantilla. Y es que desde el principio el Xerez se hizo con el peso del partido y basó su juego en la posesión de balón y en recuperar pronto la pelota con una presión muy arriba. Además, los jugadores azulinos salieron muy  motivados y muy metidos en el partido desde el primer minuto. Así, el Xerez no tardaría en marcar. Y fue en el minuto 8 cuando Capi remató al fondo de las mallas un buen centro de José Mari. 
No habían pasado ni diez minutos de partido y el Xerez ya se había adelantado en el marcador. El gol dio tranquilidad a los pupilos de Juan Merino y, a pesar del gol, siguieron dominando la pelota y defendiendo de la mejor manera posible: con la posesión del balón. El trío de centrocampistas tocaba y tocaba la pelota sin cansarse, con dinamismo y sentido y, encima, tardaba muy poco en recuperarla. Bruno, encargado del trabajo sucio, liberaba del plano defensivo a Capi y Rueda y ambos se marcaron un gran partido. Se buscaban, combinaban entre ellos a un toque y rápido; se notaba que se estaban divirtiendo sobre el campo. Además, las bandas formadas por Israel y Pablo Redondo también se ofrecía constantemente y el Girona apenas olía la pelota. 
Quizás, lo que le faltó al Xerez fue vocación ofensiva pues, aunque tuvo el dominio del balón, José Mari no contó con muchas ocasiones de gol ya que la mayoría de jugadas azulinas acababan en el borde del área gerundense y Santamaría apenas tuvo trabajo.
Pero es que además ayer el Xerez tuvo gran eficacia. Al contrario de otros partidos, el Xerez transformó prácticamente todos sus disparos y es que en el minuto 38, Pablo Redondo, titular por primera vez este año,   recogió un balón suelto en la frontal y con un zapatazo perfecto mandó el balón al fondo de las mallas. El Xerez se ponía 2-0, dando buena imagen y, por fin, Chapín volvió a sonreír. El partido parecía encarrilado con el gol de Pablo Redondo y más aún tras la expulsión algo injusta de Tébar que vio dos amarillas en dos minutos (42 y 44) porque la primera amarilla que vio es más que discutible.
Tras lo visto en la primera mitad, todo hacía que indicar que después de mucho tiempo Chapín viviría un partido tranquilo y las circunstancias del partido (ganando 2-0 y con uno más sobre el terreno de juego) eran las idóneas para ofrecer un buen espectáculo. Nada más lejos de la realidad. A los 15 minutos de partido Merino quitó a Rueda, aún fuera de forma, y dio entrada a Óscar Díaz. El cambio rompió al equipo pues sólo un minuto después Corominas recortaba distancias tras aprovechar un fallo de Lombán.
A partir del gol, el Xerez volvió a sufrir esa presión asfixiante que le produce jugar en Chapín y todo lo bueno que hizo en la primera parte desapareció cómo por arte de magia y el equipo azulino no era capaz de dar una a derechas. El Girona se dio cuenta de ello e intentó aprovechar la incertidumbre xerecista para poner el empate en el marcador. Y la verdad lo mereció pero no llegó gracias a Toni Doblas que salvó dos mano a mano con Ion Vélez que tanto o más valieron que los goles de Capi y Pablo Redondo.
La pésima segunda parte del equipo inquietó a Chapín que muy pronto se olvidó de la gran primera mitad de su equipo y, mientras miraba el tiempo que quedaba, pitaba de nuevo a su equipo por el pobre espectáculo ofrecido en la segunda mitad.
En el minuto 85 llegó la desafortunada jugada del partido que prácticamente acabó con el encuentro. Ion Vélez y Doblas pelean por un balón dividido tras una mala cesión de Robusté, el portero azulino llega antes y con muy mala suerte, por la inercia del despeje, golpea duramente en la rodilla al delantero del equipo catalán provocándole una grave lesión. El Girona ya había hecho los 3 cambios y se quedaba con 9 jugadores sobre el campo. Finalmente, el partido acabó con el 2-1 y con Chapín de nuevo despidiendo a su equipo con pitos y abucheos por la pésima imagen ofrecida en los segundos 45 minutos.
En resumen, el Xerez por fin gracias a una gran primera mitad pero incomprensiblemente el equipo de Merino perdió todo lo bueno y en la segunda mitad ofreció un espectáculo lamentable en el que apenas inquietó la portería defendida por Santamaría. Tristemente, las anécdotas del partido no tuvieron que ver con la victoria azulina sino que fueron la grave lesión de Ion Vélez y la detención de dos hinchas del Kolectivo Sur por parte de la Policía.
En lo que respecta meramente a lo deportivo, Merino ha escogido por fin por el 4-3-3 que provocó que se vieran muchas cosas y muy buenas en la primera mitad. Ese es el camino a seguir. Jugando cómo en la primera mitad, pocos partidos se le escaparán a los xerecistas. En fin, el Xerez volvió a ganar y Chapín volvió a sonreír.

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