Quinta jornada consecutiva sin ganar del Xerez que empieza a caer en la tabla con peligrosidad. El conjunto de Merino volvió a dejar escapar puntos (y ya van 12) de Chapín tras un partido feo y aburrido, excesivamente táctico en el que el Almería se llevó la victoria tras aprovechar un grave fallo defensivo (y ya van...), esta vez de Robusté. El Xerez no mereció perder pero tampoco mereció ganar y acusó en demasía el cansancio acumulado y el marcaje férreo que Alcaraz sometió a Capi y Rueda; ambos estuvieron prácticamente desaparecidos.
El partido fue tal y como se preveía. El Almería parapetado en su campo sin prisas pero sin pausa por atacar. El conjunto de Alcaraz anuló el centro del campo azulino y consiguió que Rueda y Capi no aparecieran provocando, así, falta de fluidez en el juego azulino. El partido era feo. Alcaraz lo había llevado a dónde el quería. No le importaba no atacar y no tener el balón mientras no sufriera en defensa pues ya llegaría alguna jugada aislada de la que poder sacar provecho.
El Almería sólo sufrió en las jugadas a balón parado. La única forma que tenía el Xerez de acercarse a la meta de Esteban. En una de ellas, el veterano portero rojiblanco se esforzó al máximo para mandar a córner un remate de Robusté tras una buena falta botada por Capi. Fue la oportunidad más clara de la primera mitad. Con el 0-0 en el marcador, el partido llegó al descanso.
En la reanudación, el Xerez empezó a acusar el cansancio acumulado. El partido no tenía ritmo. El Almería mantuvo su estilo, dio la batuta del juego al Xerez que no era capaz de darle velocidad a la pelota. La mayoría de jugadas eran previsibles y fáciles de defender. Rueda no estuvo tan preciso cómo otras veces y Capi brilló por su ausencia. Merino quiso mover ficha y metió a José Mari por Tato. El partido no cambió. El Almería seguía atrás aunque cada vez sus contras daban más sensación de peligro. Los minutos pasaban y el Xerez no era capaz de hincar el diente a un conjunto almeriense que se defendía cómodamente.
El Xerez necesitaba un cambio. Algo que cambiara la velocidad del juego. Rueda y Capi estaban cansados y sin ideas. Parecían saturados, estaban apáticos pero Merino no lo vio. Además, Israel y Pablo Redondo se mostraron igual de simples y sólo Bruno buscaba aportar algo diferente.
Cuando el partido parecía abocado al 0-0 inicial, el Almería sacó petróleo de una contra de oro con la ayuda inestimable de Robusté que al ir a despejar no le dio a la pelota y provocó un tres para uno que el Almería no desaprovechó y culminó Soriano con el 0-1. Jugada maestra de Alcaraz que jugó todas sus cartas a una jugada aislada y ganó así consiguiendo, con ello, la victoria pues en los 15 minutos restantes tras el gol, el Xerez sólo contó con una ocasión clara de gol en las botas de Íñigo Vélez que desbarató Esteban.
En definitiva, podemos hablar ya de crisis del Xerez. Los de Merino acumulan 5 jornadas sin ganar y en Chapín sólo han ganado uno de los seis partidos disputados en el feudo azulino. Ayer el Xerez no hizo un buen fútbol y volvió a ser ese equipo ramplón y sin ideas de las primeras jornadas. La duda se instala en el conjunto azulino que se queda ahora en la mitad baja de la tabla. No sé sabe si mirar arriba o mirar abajo ya que el Xerez se encuentra ahora a la misma distancia del play-off que del descenso; 5 puntos. Es necesario que los azulinos vuelvan a la senda de la victoria cuanto antes para no perder el tren de arriba y, lo que es más importante, para no meterse en problemas. Sea como fuere, la situación del equipo, desde luego, empieza a ser preocupante.
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